Desde siempre, desde el principio de la medicina tradicional, hemos oído que la causa de cualquier problema de Salud, cualquier enfermedad o malestar, viene de fuera. Según este antiguo concepto, factores externos como parásitos, microbios, gérmenes, bacterias, elementos químicos u otros, entran en el cuerpo y alteran sus funciones. El enfoque siempre ha sido el siguiente: "La causa viene de FUERA y afecta DENTRO". Entonces, con la intención de eliminar el enemigo,la medicina tradicional sigue intentando encontrar una solución externa. Es decir, cada solución ofrecida por la medicina tradicional está elaborada minuciosamente FUERA de nuestro cuerpo (como los medicamentos, las vacunas, las inyecciones...), y después administrada DENTRO para modificar, aniquilar, dominar, estimular o inhibir la enfermedad de DENTRO.
¡Pero este principio ya ha quedado obsoleto!
Pensad en vuestros niños: pasan días en el colegio o guardería con muchos otros niños de la misma edad. De vez en cuando, habrá microbios "flotando" en el aire. Unos niños enfermarán y otros no. ¿Quiere decir esto que el microbio ataca sólo a los niños que quiere, o que estos niños no tienen las defensas lo suficientemente fuertes, por lo que el problema viene de DENTRO, de un mal funcionamiento del sistema inmunológico? La filosofía quiropráctica es la siguiente: desde su nacimiento en 1895, la Quiropráctica proclama que la causa de cualquier enfermedad o malestar está DENTRO del cuerpo, que viene de un desequilibrio interno, de una disfunción de unos órganos o sistemas, que hace que el cuerpo no se adapte bien a los factores externos. Entonces, ¡la curación debe ir de DENTRO hacia FUERA! Si restablecemos el equilibrio interno, el cuerpo vuelve a tener 100% de sus poderes de adaptación y puede curarse a sí mismo.
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